Autoedición: una odisea para sacarte el dinero que no tienes.

Los que me conocen saben que me gusta escribir historias, y que tengo muchas de ellas ahí, en el ordenador, muertas de risa.
Así que hace un par de semanas decidí que ya iba siendo hora de juntarlas todas y hacer un único tomo (de dimensiones considerables)
Al principio pensé de nuevo en Lulú, pues ya tenía algún trabajo editado por ellos, así que entré en su página.
No había visto que podía descargar mi libro tal y como lo ve la gente o saldrá impreso; así que me descargué una copia.
Cual fue mi sorpresa cuando me encuentro que la maquetación era completamente diferente a como yo la había designado. Ponían palabras sueltas por aquí y por allá, y quedaba increíblemente cutre y poco profesional.
Busqué una respuesta a esto, y leí por otra parte que el problema de la maquetación es que ellos tienen una plantilla de cierto tamaño, que es el tamaño con el que después imprimen, y que lo tienes que escribir todo en dicha plantilla para que se ajuste al tamaño y tenga un acabado profesional.
Bueno, pues dicho esto, me pongo manos a la obra. Los que alguna vez habéis maquetado una obra sabéis que eso no es trabajo de 30 minutos: son muchas horas y muchos días. Además también aprobechas para releer y corregir errores ortogramaticales que se te hayan escapado, que siempre los hay. O sea, más de una semana para la maquetación de los egs.
Vale, decido aprobechar para añadir algunas ilustraciones al libro, y para que me quede aún más profesional. (Para que el empezar de las historias quedara en página par, con su índice, numeración y todo) Hasta ahí todo guay, aunque trabajoso.
Pues bien, después de todo eso, me decido a subirlo a Lulú. Primero no me dejaron porque decía que el archivo era muy grande (a pesar de usar la plantilla de ellos). Bien, decido entonces prescindir de las ilustraciones, y ya estoy maquetando de nuevo para que quede bien.
Subo sin las ilustraciones esta vez, y vuelve a decirme que no, que hay no se qué de unas fuentes que le impiden la subida.


Bien, de vuelta a maquetar quitando comillas, símbolos y demás caracteres y probando con las típicas letas que todos los ordenadores tienen (times new román, creo). A la tercera, después de MUUCHAS horas de trabajo, me aceptan el archivo, le asignan un ibsn GRATIS y todo guay. Ya estaba empezando a hacerme ilusiones cuando, o ingenua de mí, me dá por volver a bajarme el archivo para comprobar cómo quedará el resultado final, o sea, el libro impreso que llegará a mis posibles lectores... y ¡¡TACHÁN!!
Volvieron a hacerlo. Las letras salían donde querían, sin los márgenes ni las páginas en blanco que yo había dejado, o sea, sin maquetar... más cutre imposible, vamos. Decidí entonces que quitaría todas mis obras de Lulú y buscaría otro "editor" que fuera más profesional... ¿Lo encontré? Lo sabrás en mi siguiente entrada...

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