¡ HORROR! Se estropeó la lavadora.

Más miedo que Fredy Cruguer y el Ébola juntos es cuando se te estropea la lavadora, y no tienes dinero para llamar al técnico o, mucho menos, para comprarte una nueva. Sí, ya sé que en esta sociedad materialista y consumista en la que vivimos nos hemos acostumbrado demasiado a las tecnologías y nos causa pavor el hecho de trabajar un poco en casa, pero sólo de pensar en lavar a mano las prendas como los tejanos o las sábanas y te da algo... nuestras delicadas manos no están hechas para semejantes destrozos, así que...

Bueno, ya me lo temía cuando el otro día la lavadora hizo algo estraño; se puso a andar por sí sola. Aquí teneis las fotos del momento en cuestión. Yo no pensé que fuera algo paranormal, sino que creí que el motor, queriendo hacer el centrifugado y no pudiendo, había movido el aparato hasta sacarlo de la cocina. Después costó un "guevo" y parte del otro volverla a encajar entre los muebles, en fín.

Bueno, pues ayer, cuando la pusimos, no había centrifugado. Tuve que escurrir la ropa a mano en la terraza para no tenderla chorreando. Resultó que el tambor no giraba. Menos mal que nos dimos cuenta, que si no, pues éramos capaces de cargarnos el motor.
Como mi Jesús es muy apañado para estas cosas y tenemos el internet para resolver dudas (que no sólo sirve para jugar y leer blogs, también puede servir para informarse y aprender) pues hemos mirado qué le podía pasar a la lavadora y eso.
La hemos abierto, limpiado los filtros, los cajones, quitado las gomas y hasta le hemos echado un poco de aceite lubricante. Parece ser que por ahora ha vuelto a funcionar, por lo menos ya da vueltas bien, aunque creo que algo sigue atrancando un poco el tambor, quizá alguna piedra o un calcetín perdido en la cuarta dimensión que se quedó sin entrar por el vórtice temporal provocado por el tambor cuando hace el centrifugado...

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