AMORCILLOS INFANTILES... DESPUÉS DE TREINTA AÑOS.

Yo nací en Barcelona. En el Hospital Sagrado Corazón, me dijeron, ( no me acuerdo,evidentemente), y viví en San Andrés de la Barca los primeros ocho años de mi vida. Son pocos años, en realidad, pero sí los suficientes como para considerar a San Andrés mi pueblo, aunque hace casi treinta años que no voy por allí.A pesar de ello, aún conservo amistades de aquella época, aunque parezca mentira. Además, en este pueblo viven mis tías, (hermanas de mi padre) y mis primos. Algún día os hablaré de ellos, pero no hoy.



Hoy quiero contaros acerca de los "amorcitos" infantiles. Llamo así a aquellos amores de infancia, que no son tales porque con esas edades no podemos ver a los demás de manera sexual o erótica, ni siquiera sabemos lo que es eso. Sin embargo, cuando vemos al niño o niña que nos gusta, ya sentimos esas mariposillas en el estómago, te pones colorada como un tomate cuando te dirige la palabra y estás tan content@ porque, simplemente, sabe que existes.
Pues ya viviendo en San Andrés tuve algún que otro amorcillo infantil.
Uno de ellos era mi compañero de clase, Jordi Molina. Recuerdo que era muy mono, morenito y tal, con la mirada triste. Cuando estuvimos de excursión un par de días en Sant Sadurní de Noia (nunca lo olvidaré, me encantó vivir en lo rural, rodeada de viñedos, aunque sólo fueran dos días  y aquello marcó el resto de mi vida), él recogió un pequeño ramo de flores silvestres, las que cabían en su pequeña mano de cuatro o cinco años, y me las regaló. Seguro que él no lo recuerda, y ni siquiera lo vería importante, pero para mí fue lo más. Cuando el niño que te provoca mariposas en el estómago te regala flores, no lo puedes olvidar en la vida.
Hace un tiempo encontré a Jordi en el Face. A cambiando bastante, como todos, después de treinta años. Pero sigue teniendo la misma mirada. A veces pone alguna foto o comparte cosas revindicativas o citas y pensamientos filosóficos. En definitiva: sigue siendo buena gente. Y eso me alegra muchísimo, es estupendo. Seguro que si no me hubiera ido de San Andrés, ahora seríamos buenos amigos.
Otro de mis amorcillos de juventud era el "feo" de los Bros. A mi hermana Mari le gustaban los Bros, aunque no sé si se acordará. Tenía carpetas de la revista Superpop con la foto de ellos, pegatinas y demás. Veíamos los vídeos musicales y se sabía las canciones, esas cosas. Les molaba igual que los de Europe o el guaperas de Bon Jovi.Era lo que se llevaba de aquella, cuando todas las chicas se cardaban el pelo. Yo era aún una niña pequeña, muy pequeña. Pero recuerdo que vi a uno de los hermanos de los Bros, tocando la batería y poniendo cara de esfuerzo, y me encantó. Siempre está cabreado, siempre tiene cara de enfado y además se le tuerce un ojo, es el "feo" de los Bros, me decían mis hermanas para reírse de mí. Pero a mí me gustaba que fuera el que nunca ligaba en los vídeos. Me parecía guapísimo, y su estrabismo me resultaba súper sexi, aunque ni siquiera supiera lo que era eso aún.
Hoy en día, hace poco volví a descubrir al hermano de los Bros. Actualmente es un actor que triunfa en Hollywood, y sigue siendo súper atractivo, más que antes si cabe. Luke Goss es mis actores preferidos ahora, después de casi treinta años.

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