OYE, ¿DÓNDE ESTÁ MI BOLI?

Hoy quiero contaros una anécdota que me ocurrió el otro día en el trabajo. Quizá os parezca una chorrada, pero a mí me hizo bastante gracia y la escribo aquí para no olvidarla. Le he pedido permiso esta mañana a la compañera de la cual voy a hablar, y me lo ha dado sin problema. Así que ya lo puedo contar tranquilamente...


Pues resulta que, como sabéis, al poco tiempo de entrar a trabajar en el almacén, nos imparten un curso de prevención de riesgos laborales. El curso está bastante bien explicado y te dan un manual y un bolígrafo para hacer un examen tipo test bastante sencillo que, "casualmente", todo el mundo aprueba.

Últimamente me ponen todos los días en la parte de atrás de la máquina del pimiento, a envasar la segunda que echan las compañeras por la cintilla y a sacar pimientos para el flow pack. Se sacan de un tamaño específico para envasarlos con bolsas de plástico. 
Pues estaba allí, distraída con los pimientos, cuando conocí a una compañera nueva. Se llama Esther. Al principio te da la impresión de ser una chica muy seria. Pero después, cuando hablas con ella, te das cuenta de que tiene unos puntazos de la hostia.
Esther me comentó que aquella tarde haría el cursillo de prevención de riesgos laborales. Y yo le contesté: ¿Sabes lo mejor de hacer ese curso? Que te regalan un boli.
Aquello le hizo gracia, y comenzó a  exclamar: ¡ Oh, que emoción! ¡Me van a  dar un boli gratis!Lo que siempre había deseado...- Y yo no podía dejar de reírme.
De noche, cuando faltaba poco para salir, le pregunté cómo le había ido el curso. Me contestó que bien, pero que se había decepcionado porque no le dieron el boli.
- No es justo. Yo quiero mi boli.- me dijo, mientras nos dirigíamos al fichero. Pasábamos delante de las oficinas, donde estaba el gerente mirando por la ventana hacia el almacén, y le dijo:
- Oye tú, ¿Dónde está mi boli? ¡¡Quiero mi boli!! ¿A que subo para arriba a por mi boli?
No podía dejar de reírme; hasta me dolía la barriga de aguantarme la risa, que gracia. ¿Qué hubiera pasado si la ventana estubiera abierta y el gerente la hubiese oído? No lo quiero ni pensar...


LOS TOP TEN DE ESTE BLOG